En cierto mundo fantástico el terror se apodera de sus habitantes por culpa del Dios Demonio. Este despierta cada varios siglos y amenaza la tranquilidad y el orden del mismo. Sin embargo, este ha sido derrotado anteriores veces por seis héroes elegidos por la Diosa del Destino. Una vez más vuelve a despertar y seis héroes son escogidos para encargarse del problema. Viajan desde diferentes lugares para reunirse cerca de la Tierra Mokoku, pero surge un problema: hay siete héroes en el lugar. Por tanto, uno es falso. Pero… ¿Quién es el traidor?

Como historia ficticia, Rokka no Yuusha se sitúa en un mundo fantástico que presenta un entorno bastante innovador, aunque falta mucho por ver del mismo. Su creación tiene una clara inspiración mesoamericana, con influencias de la cultura maya, inca y azteca. Las referencias culturales a estas civilizaciones han sido escasas dentro la animación japonesa por lo que resulta curioso ver las construcciones representativas, los animales autóctonos -como las llamas- y esa manera de vestir peculiar. Según el mapa visto, la acción se desarrolla en un continente compuesto por diversos territorios y países donde sus gentes viven con el temor a los “Kyouma”, los monstruos nacidos del Dios Demonio. Al contrario de lo que puede parecer son una sociedad compleja donde existen varios líderes con opiniones diferentes. Para hacer frente a esta amenaza por primera vez la Diosa del Destino se encargó de sellarlo. Pero este sello se debilita con el tiempo y la diosa concede a seis personas la llamada Cresta de las Seis Flores. Esta marca simboliza la bendición de la santa que lo derrotó y con ella los héroes reciben la capacidad de no ser infectados por los parásitos de la península del Dios Demonio. Entre los seleccionados, los candidatos pueden ser humanos sin algún poder especial como Adlet o Santas, mujeres que son bendecidas con el poder de un dios.

Una vez más hallamos un argumento que parece hablar de una historia clásica de salvar el mundo de un terrible Dios Demonio. Pero en vez de seguir un camino clásico propio de muchos videojuegos RPG o animes antiguos, da una vuelta de tuerca. Opta por cambiar la aventura y la acción por dirigirse más hacia el misterio con un constante suspense dirigido a despertar nuestras dudas acerca de quién se está haciendo pasar por un aliado y pretende matar al resto. Para hacerlo más interesante, todos caen en una trampa de la que no pueden escapar. A causa de esto, empiezan a ponerse nerviosos y a acusarse entre ellos. El interés no acaba aquí sino que de manera inesperada culpan a cierto personaje que debe demostrar su inocencia mientras hace frente al resto de sus “compañeros”.  En este momento la serie pasa más a la acción disputándose diferentes encuentros entre ellos. En verdad son batallas a muerte entre héroes con un nivel parejo, pero con estilos de combate que distan bastante entre uno y otro, así mismo el resultado puede llegar a ser inesperado.

Si bien el interrogante que nos presenta nos crea mucha curiosidad y permite a los fans elaborar sus propias teorías en cada capítulo, este misterio no se llevó de la mejor manera. El espectador puede especular sí, pero no hay en verdad pistas que nos permitan llegar a una conclusión sobre cómo se preparó la trampa y quién es el culpable. Básicamente porque la trama no las da sino que para mantener el interés rellena varios espacios con las peleas que suceden mientras el personaje se dedica a mantenerse vivo, recoger alguna información y formular alternativas. De las sospechas que recaen sobre los demás nada es seguro porque sus procesos mentales son ilógicos o directamente su comportamiento es más propio de un psicópata o idiota. Si en vez de alargar la trama innecesariamente con combates nos sorprendieran con un misterio más elaborado la cosa cambiaría. Como diría mi profesora de inglés: “Nice try”. (SPOILER) Al final encuentran una prueba sí, pero nadie sabía de su existencia hasta que convenientemente es hallada por el Sr. Gato (FIN). Por lo demás, es una pena que no se le ofrezcan más temporadas a esta serie y quede incompleta, dejando como inexplicables o imposibles algunos hechos, entre ellos el romance que surgió entre dos de los héroes. (SPOILER) Ciertamente se explica en la novela, pero en el anime no se ofrecen explicaciones (FIN).

-Adlet Mayer: El protagonista principal, de 18 años de edad, y autoproclamado “El hombre más fuerte del mundo”. Se caracteriza por ser valiente, confiado y amable, tanto que llega a ponerse en riesgo para solucionar un conflicto armado. Además es inteligente y mañoso, con conocimientos en varios campos. Su estilo de combate es atípico, basándose en tácticas que le permiten atacar por sorpresa o tender trampas a su enemigo. Cuenta con movimientos acrobáticos y una mochila donde guarda todo tipo de armas, objetos y otros artilugios. Esto le permite adaptarse a cualquier situación y seguir el ritmo del combate sin verse acorralado.

Sus orígenes se encuentran en Wooro, el país de los Lagos Blancos. De pequeño vivía feliz hasta que llegaron los monstruos y mataron a su familia y amigo. Por eso, desde los 10 años, decidió aprender a luchar de un maestro bastante particular, Atro Spiker. Este le enseñó a defenderse y a aprender diversos conocimientos para poder derrotar a los monstruos. Pero de él también aprendió a sonreír siempre, incluso cuando sufriera la peor de las desesperaciones.

-Fremy Speeddraw: Una de los elegidos para la misión y Santa de la Pólvora. Ella es mitad humana y mitad monstruo. Como fue criada entre monstruos para ser de utilidad en algunas misiones asesinando a posibles candidatos a héroes. Pero cuando falla en una de sus misiones, la abandonan e intentan matarla. Su personalidad es fría y solitaria debido a esta traición que sufrió de parte de los suyos. No obstante, empieza a confiar en Adlet por su insistencia en protegerla y cuidarla hasta el punto de peligrar su vida. En cuanto a sus poderes, le confieren la posibilidad de crear explosivos en medio de un combate y disparar balas de pólvora encantada con su arma principal. Se puede decir que el combate a distancia es su fuerte y con los explosivos evita que su enemigo pueda acercársele.

Estos son los dos personajes con mayor trasfondo en la serie, aunque restan los otros cinco de los que podéis saber más en el artículo Rokka no Yuusha: El arsenal de los héroes y sus arquetipos. En general, causan una buena impresión y en el apartado de fuerza y poderes muestran variedad de roles como atacantes: trampero, invocador, potenciador, etc En cuanto al carácter de los protagonistas, se distancian mucho de otros menos carismáticos y estereotipados. Aunque la manía de Adlet de repetir “Soy el más fuerte del mundo” se puede clasificar como un cliché propio de los protagonistas shonen (véase Naruto). Tampoco se puede catalogar de novedoso el ser mitad humano y monstruo, pero Fremy resulta interesante como personaje por esa personalidad complicada fruto de una mala experiencia que le impide confiar en alguien.

El resto de personajes resultan ser bastante más débiles en desarrollo por culpa del escaso tiempo de duración de la serie. Además, nos hacen dudar bastante de si han sido los más adecuados para derrotar al Dios Demonio ya que son incapaces de trabajar juntos y van cada uno por su lado. ¿Quién escogería un grupo así para semejante tarea? Y esa actitud alocada o insensata que poseen algunos los hace simples y estúpidos a ojo del espectador. Caso de Chamot, una niña sin paciencia que mataría a alguien para pasar el rato. Esta arrogancia aún se vería justificada si de verdad demostrara ser tan poderosa, pero cae derrotada contra dos de sus compañeros.

Rokka no Yuusha tuvo la mala suerte de caer en manos de un estudio sin experiencia y sin producciones importantes, Studio Passione. ¿Por qué digo esto? Bueno hay dos motivos. La animación de sus primeros capítulos tenía un nivel bueno, pero con el paso de cada semana fue cayendo en picado y cada vez se hacía más inconsistente. La otra razón es el CGI usado para los monstruos que desentona mucho y además es bastante malo aunque no lo parezca en un principio. En cuanto a los fondos y arte general, parece estar ambientado en un mundo de inspiración mesoamericana. En esos países se encuentran construcciones piramidales, templos y muchos lugares verdes con vegetación frondosa (selvas, bosques). Esta variedad se mantiene en su inicio, luego al desarrollarse la trama exclusivamente en el lugar donde están encerrados -con una espesa niebla presente- no vuelve a modificarse. Los diseños de personajes son llamativos, aunque algunos pueden ser ridículos como el traje de coneja de Nashetania. Otros como el de Adlet y Fremy me causan una buena impresión.

La banda sonora pertenece a Michiru Ōshima que participó en otras grandes bandas sonoras como Full Metal Alchemist (2003) o Sora no Woto. La música sin resultar grandiosa se encarga de proporcionar inquietud para intensificar el misterio en torno al traidor entre sus filas. Resulta oportuna y adecuada para el momento que se espera, gracias a eso se une a la atmósfera de desconcierto general que existe. Pero no todas sus melodías son de ese estilo sino que me gustaría destacar su tema principal que tiene un estilo más de corte heroico o épico. En cuanto a sus openings, posee dos: “Cry for the Truth” de Michi y “Black Swallowtail” de Uroboros. Es de resaltar que mientras el primero es usado para sus primeros cuatro capítulos, el segundo se haya usado para adecuarse al conflicto entre los héroes.